El turismo de ciudad es una de las propuestas más interesantes que permite conocer otras culturas, otras costumbres o familiarizarse con los iconos culturales, turísticos y de ocio o incluso gastronómicos, haciendo un recorrido por las diferentes ciudades o capitales más emblemáticas que nos aportarán nuevas experiencias y conocimientos.
En Catalunya, Barcelona es uno de los destinos favoritos europeos para celebrar todo tipo de reuniones científicas y empresariales: congresos, convenciones, presentaciones de producto o viajes de incentivo.
Después de la importante transformación urbanística en la ciudad de Barcelona, durante el siglo XX, que culmina con el característico barrio del Eixample, donde se encuentran algunos de los edificios del modernismo catalán más distintivos de Barcelona y su área metropolitana y que deben ser objeto de visita. También destaca el gran trabajo de Antoni Gaudí, uno de los arquitectos más reconocidos de este movimiento modernista, autor de obras tan conocidas internacionalmente como la Casa Milà (La Pedrera), la Casa Batlló o el Templo de la Sagrada Familia. Barcelona tiene todos los atractivos de las grandes ciudades mediterráneas, más uno que la hace única: su comarca. La oferta cultural, gastronómica y deportiva del Barcelonés esconde secretos que debes conocer.
En Catalunya hay otras ciudades y pueblos con encanto que merecen la atención del visitante.
La demarcación de Barcelona abarca un territorio extenso entre la sierra del Cadí y el mar Mediterráneo que ofrece grandes contrastes paisajísticos y una rica historia cultural. La costa se extiende a lo largo de 100 kilómetros, salpicados de ciudades y pueblos marineros de gran belleza que han sabido conservar su autenticidad a lo largo de los años.
UN PASEO POR EL GÓTICO. El Corazón medieval de Catalunya.
Antes de adentrarse en el corazón medieval de la provincia de Barcelona, la catedral de Vic (siglo XIV) —que contiene un elegante claustro de galería exterior abierta— y el Museo Episcopal de la misma ciudad son un buen punto de partida de la ruta gótica. A poca distancia, la Seo de Manresa o la iglesia de San Miguel de Cardona son iconos de este mismo arte. En Barcelona, el gótico también da vida a los grandes edificios civiles de Barcelona como el Palau de la Generalitat, el Ayuntamiento o las Atarazanas (Drassanes), el edificio medieval destinado a la construcción de barcos mejor conservado de Europa. En Barcelona, tampoco debemos olvidar los palacios góticos de la calle Montcada, la basílica de Santa María del Mar, uno de los ejemplos más destacados del gótico catalán, y la basílica del Pi, con una majestuosa portada y uno de los rosetones más grandes del mundo.
En la ruta medieval por el corazón de Catalunya encontramos dos localidades que destacan por su historia y cultura. Por un lado, Manresa, una ciudad con un marcado carácter espiritual combinado con una vida cultural y comercial rica y diversa. Esta ciudad también es el destino final del Camino Ignaciano, que sigue los pasos de San Ignacio de Loyola. Con vestigios de la ciudad medieval y gótica como la Seo y la calle del Balç. Manresa también acoge un importante patrimonio histórico de estilo barroco, vinculado a la huella dejada por San Ignacio, y de un rico pasado modernista e industrial, con un conjunto de edificios, museos y elementos relacionados con este período. Por otro lado, Vic, un núcleo que conserva un importante patrimonio histórico y artístico. Su casco antiguo, de trazado medieval, acoge obras maestras de todos los estilos arquitectónicos: un templo romano del siglo I, el campanario románico de la catedral, su claustro gótico y las murallas medievales, así como numerosos edificios barrocos y destacados ejemplos del modernismo. El Museo de Arte Medieval de Vic, declarado de interés nacional, muestra una colección excepcional de arte medieval.
De la destinación turística de Catalunya, una de las regiones más atractivas es la de Girona, tanto por su ciudad como por su entorno natural y marítimo.
Girona tiene el encanto y la magia de las grandes ciudades, pero la esencia acogedora de los pueblos. Disfruta de una amplia oferta turística, cultural e histórica, y de una rica vida social, con eventos y fiestas populares de gran interés.
La ciudad conserva un barrio antiguo medieval que se eleva hasta la imponente catedral, a través de los sombríos callejones del Barrio Viejo, mientras que al otro lado del río se extiende la parte más moderna y ordenada. Sobre la ribera del rio Onyar se muestra la imagen más famosa de Girona, formada por las vistosas casas con las fachadas pintadas de colores. En la ciudad, destaca la catedral gótica de Santa María (siglos XI-XVIII), la basílica de San Félix (siglos XIII-XVIII) o el monasterio de Sant Pere de Galligants (siglo XII), entre otros elementos destacables de la ciudad.
El atractivo de Girona no está limitado a su historia o la arquitectura. El Parc de la Devesa es uno de los espacios verdes urbanos más agradables de Catalunya y los numerosos museos de la ciudad completan una amplia oferta cultural durante todo el año.
De la zona de Tarragona, la Historia sale de las piedras. La ciudad ha ido especializándose en actividades de reconstrucción histórica. La antigua Tarraco era una pequeña Roma, una ciudad portuaria, abierta al Mediterráneo, donde se hablaban multitud de lenguas. Destaca su Anfiteatro, un edificio de forma oval construido el siglo II a poca distancia del mar, cuyos graderíos se excavaron en la roca. También es un punto de visita notable el barrio del Serrallo, típico de pescadores, donde se subasta por la tarde el pescado que se pesca durante todo el día. Se trata de un área pintoresca, con su propia personalidad y con restaurantes con encanto, donde saborear los mejores pescados y mariscos de Tarragona.
En su entorno también hay una oferta turística y cultural notable. La Ruta del Cister constituye una importante oferta de turismo cultural en un entorno rural que combina cultura, gastronomía y naturaleza, con los monasterios de Poblet, de Santes Creus y el de Vallbona. Otras rutas como la de Montblanc te pueden transportar a otra época o la del Priorato que nos acerca a un territorio con productos de la tierra de primera calidad. También destaca la ruta del modernismo de Reus que permite conocer las fachadas modernistas más interesantes.
Siguiendo la costa en dirección al sur, se llega al Parc Natural del Delta del Ebro, una zona de humedales que se caracteriza por la tranquilidad y la variedad de aves, así como por su gran interés ecológico. Esta gran llanura deltaica de 320 kilómetros cuadrados, donde el río Ebro se ramifica y desemboca en el mar, es la zona húmeda más importante de Catalunya y una de las áreas fundamentales del Mediterráneo. El área cercana al mar está formada por grandes lagunas y marismas, y dunas y arenales, con pequeños retazos de bosques de ribera a los márgenes del río. El interés naturalista y ornitológico del delta del Ebro tiene renombre internacional. El paisaje totalmente plano del delta, presidido de lejos por las imponentes montañas de los Puertos, tiene una fuerte personalidad. En la parte interior encontramos extensos arrozales, con un aspecto que varía según las estaciones (terrosos en invierno, inundados en primavera y verdes en verano). En el interior, el Parc Natural dels Ports combina también naturaleza y fauna. En Miravet, al sur de la Ribera del Ebro, destaca el impresionante castillo, uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar templaria de Occidente.
Finalmente, el parque temático PortAventura World y las poblaciones de Salou, Cambrils y La Pineda son cuatro de los principales puntos de interés de la Costa Dorada.
Lleida, ubicada a los pies de los dos cerros sobre los cuales se elevan la Seu Vella y el castillo de los Templers de Gardeny, es la definición perfecta de una ciudad con carácter. A lo largo de los siglos ha acogido diferentes culturas (romana, visigoda, judía, árabe, etc). Estas civilizaciones han contribuido al crecimiento sostenible y modélico de la ciudad, caracterizada por la huerta —el cinturón verde que la rodea y que nutre de fruta y verdura a toda Catalunya— y por espacios naturales como el parque de la Mitjana o los Campos Elíseos. Asimismo, Lleida destaca por su importancia geoestratégica como puerta de acceso a Europa y nexo de unión entre el Mediterráneo y la meseta.
Lleida también dispone de un entorno natural y un patrimonio románico muy notable del que destaca Taüll, un encantador pueblecito de montaña que pertenece al municipio pirenaico del Valle de Boí. Su núcleo urbano de casas de piedra acoge dos iglesias de estilo románico lombardo del siglo XII declaradas Patrimonio de la Humanidad: Sant Climent de Taüll y Santa María de Taüll. La primera es considerada la obra más emblemática del románico catalán, por su torre campanario de seis pisos de altura y por las fabulosas pinturas murales como la del Pantocrátor, una verdadera joya que se conserva en el Museo Nacional de Arte de Catalunya-MNAC. Aún más arriba, se encuentra la estación de esquí de Boí Taüll Resort, donde se puede disfrutar de la montaña invernal deslizándose por las pistas nevadas. La naturaleza del entorno reserva momentos especiales para los aficionados, ya que parte del término se encuentra dentro del Parc Nacional de Aigüestortes l Llac de San Maurici, un escenario ideal para excursiones y rutas.
LA CATALUNYA GASTRONÓMICA
La cultura gastronómica catalana es heredera de la griega y de la romana, dos culturas que dieron origen a la trilogía culinaria mediterránea: el aceite, el trigo y el vino, productos con los cuales la refinada cocina de las clases acomodadas empezó a sentar las bases de las comidas estructuradas. La gastronomía forma parte del patrimonio cultural del país, porque nace de la sabiduría y de las tradiciones populares. El vínculo entre cocina y territorio es especialmente sólido en nuestro país y expresa bien la manera de ser de nuestra gente. El éxito internacional de la cocina catalana ha sido fruto de un trabajo colectivo y de la suma de muchos siglos de tradición con una franca predisposición a la vanguardia y a la fusión cultural. Además, el país ofrece una serie de rutas enogastronómicas para acercarse a los productos de la tierra, así como un buen número de museos relacionados con la gastronomía, como el Museo de l’Emboit, en Castellfollit de la Roca; el de la Xocolata, en Barcelona; el Ecomuseo-La Farinera, en Castelló d’Empúries; el Museu de l’Oli y el del Mundo Rural, en Castelldans; el Parque Temático del Aceite, en Les Borges Blanques-Juneda o los museos del vino de Vilafranca del Penedès y la Espluga de Francolí.
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Catalunya también es una de las destinaciones enoturísticas más potentes del mundo. Hay doce Denominaciones de Origen (DO) y más de 300 bodegas para visitar, antiguas y nuevas, pequeñas y grandes, cercanas al mar o en plena montaña. Se puede descubrir el mundo del vino y el cava catalán a través del paisaje, de sus ‘catedrales del vino’ modernistas, de la cata de sus variedades autóctonas y de actividades al aire libre, participar en la vendimia o recorrer los viñedos en bicicleta o incluso a caballo.
EL TRANSPORTE.
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